El área de intervención se reduce a la comprendida por el salón y la cocina, unos 42 metros cuadrados. La propuesta pretende unir el vestíbulo, la cocina y el salón sin eliminar el carácter de cada uno de estos ámbitos. El elemento encargado de lograr este propósito se formaliza en una pieza de despensa que se abre y cierra según el grado de conexión requerido entre las estancias. Esta pieza se resuelve con un revestimiento acanalado que oculta los espacios de despensa y permite orientar el televisor dentro del ámbito del salón. Un vidrio volado forma la barra y da continuidad a la encimera de cocina.

En definitiva una intervención de apariencia sencilla en la que se han primado los detalles sobre los grandes gestos.