Las lajas irregulares, de menor interés, serán sustituidas por un adoquinado de la misma piedra que no compita con el actual pavimento. Por otro lado, el espacio hoy asfaltado se pavimentará mediante canto rodado de la piedra del Baztán. Bajo las zonas cubiertas, una solera de hormigón que incluye bancos en el mismo material, como una prolongación del propio suelo. Se crean, por tanto, zonas cuyos pavimentos implican velocidades diferentes de tránsito, para estar o para pasar, siendo la zona norte la de tránsito lento y la sur la de tránsito rápido.
La vegetación actual es respetada por el espacio cubierto, que se pliega y recorta permitiendo el paso de la luz hacia los actuales plataneros. El espacio liberado por el kiosco será colonizado por nuevos árboles de la misma especie que los existentes.
La luz se convierte en un “material” fundamental, capaz de mantener el espíritu del proyecto en la nocturnidad. Los volúmenes edificatorios iluminados resaltan los nuevos límites otorgados a la plaza. Estos volúmenes se conforman mediante elementos de construcción industrializada, que hacen resaltar la artesanía del pavimento. Elementos como el policarbonato celular producen veladuras que hacen más amables los nuevos y definidos bordes de la Plaza de los Fueros de Elizondo.
En definitiva: se plantea un proyecto que, manteniendo la sucesiva adición de elementos actuales, es capaz de generar un ámbito unitario y con identidad, a la altura de su municipio.
Tras resultar ganadores del concurso de ideas, el Ayuntamiento de Baztán encargó el proyecto de ejecución + urbanización y la dirección de las obras a otro estudio de arquitectura, por lo que la obra construida no se corresponde con el proyecto que nuestro estudio presentó a dicho concurso.