CAJA DE PIE, CAJA TUMBADA

UBICACIÓN
Pamplona, Navarra

CLIENTE:
Privado

SUP.:
 150 m2

CONTRATISTA:
DREAN Construcciones y Reformas S.L.

CARPINTERÍA:
Puertas Santesteban S.L

MOBILIARIO:
Muebles SPIU / STUA

ARQUITECTOS:
Los Arcos Gaztelu
Ignacio Olite Arquitectos

COLABORADORES:
Alvaro de Pascual Orradre
Leticia Elizalde Hualde

FOTOGRAFO
Pedro Pegenaute 

 2019-20

La vivienda reformada se sitúa en el casco histórico de Pamplona. Se trata de un espacio privilegiado, con cuatro ventanas balconeras a una calle principal de la ciudad, construido hace más de 100 años, cuando la contribución urbana se pagaba en función del número de ventanas que asomaban al espacio público.De altura casi palaciega, sus generosas dimensiones son el resultado de la yuxtaposición de dos crujías típicas del parcelario gótico. Una, muy profunda, con patio de luces al fondo que es, más bien, una grieta de ventilación; y otra más corta, de una sola orientación.Un recio muro de carga separa longitudinalmente ambos espacios y abre el paso de lasestancias de día a las de noche. El muro es soporte estructural y frontera de la vida diurna ynocturna. Una frontera siempre habitada, horadada a lo largo de los años por nichos, puertas ypasos, uno de los cuales, angosto y señalado con arco de medio punto, es la transición entre elhabitar privado y el de la intimidad. Cruzarlo se convierte en una acción cotidiana consciente.La profundidad de las crujías y la ausencia real de una doble orientación, obligan a valorar laluz que llega desde las ventanas de la calle y a canalizarla según la forma, el uso y la dimensióndel espacio que iluminan.

Siguiendo una cierta analogía “postural”, se instala una caja “de pié” y otra “tumbada”. Laposición de cada una de ellas intenta, por una parte, introducir la luz en un fondo de viviendafrancamente oscuro. La primera caja, la de la zona “de día”, forma, junto al muro colindante,una geoda metálica, como lugar de la cocina, que atrapa el esquivo elemento. La segunda, ensu posición tumbada, permite el paso de la luz a través del espacio que se libera entre ella y eltecho.Ambas cajas, de madera de nogal, reconocen el espacio preexistente y lo articulan. La primera,de pié, actúa como el alma del violín. Reconoce la excepcional altura de la casa tocando elsuelo y el techo, y hace funcionar el espacio que ya existía. Se habita desde su perímetro yordena en torno a sí la luz, los espacios y los usos. Al otro lado del muro, la caja se “recuesta”para ser habitada en su interior y a través de ella. La luz de las ventanas ilumina losdormitorios, atraviesa la caja y salta por encima de ésta para dar luz a los fondos que anteseran oscuros.