PARQUE SAN FRANCISCO

UBICACIÓN
Tenerife

CLIENTE:
Ayuntamiento de Puerto de la Cruz

ARQUITECTOS:
Los Arcos Gaztelu
Ignacio Olite
Enrique Jerez

Concurso
2013

El programa que se plantea en este concurso lo convierte en un lugar inevitablemente denso, tanto en su continente como en su contenido.

Conseguir que esa densidad no se traduzca en una construcción abigarrada y masiva es uno de los objetivos del proyecto.

No es difícil reconocer en la estructura urbana del Puerto de la Cruz, la escala fragmentada de sus manzanas de viviendas, construidas por procesos de adición y caracterizadas por la irregularidad  de las alturas, las densidades y las formas de los edificios que las conforman, de los que la manzana a la que se adhiere el Espacio Parque San Francisco, obviamente, participa.

Una configuración, en definitiva, múltiple y unitaria a la vez , jalonada, en sus lugares más afortunados, de elementos arquitectónicos de la arquitectura tradicional Canaria (huecos verticales, celosías, balcones de madera), que caracteriza esta trama urbana generada por un proceso de agregación de piezas , que sugiere que la nuestra debe ser una estrategia mixta de fragmentación y adición de volumetrías diversas, como la ciudad misma.

El proyecto pretende aprovechar la densidad del programa para dotar al Puerto de la Cruz de un edificio que sea referente para la gran escala de la ciudad, a la vez que un elemento perfectamente integrado en la trama urbana para la pequeña escala de la calle y el barrio.

Esta nueva dotación, muy importante para el Puerto de la Cruz por lo que supondrá de instrumento dinamizador, se percibirá, vivirá y sentirá como un elemento cotidiano desde el paseo por las calles más próximas (San Juan, Agustín de Betancourt, Quintana, Pza. Dr. Víctor Pérez…). Simultáneamente, se identificará desde lo alto de la ladera del Teide como un icono para la ciudad. Y viceversa. El edificio se asomará con una escala «cercana» y «humana» a las calles aledañas en sus plantas bajas, mientras que según asciende se abrirá hacia la ciudad de manera más «objetual» o «escultórica».

Para ello se plantea un sistema global de cerramiento que incluye todo el edificio, tanto fachadas como cubiertas, adaptándose a cada situación concreta según las necesidades programáticas, la orientación, las vistas, etc. Este sistema, configurado por una celosía en base a dos fachadas o capas superpuestas, matiza, protege del sol, del viento allí donde es necesario, a la vez que genera espacios ambiguos, a medio camino entre el dentro y el fuera, muy propicios para el clima de la isla.

A su vez, este sistema de celosía construida a base de piezas prefabricadas de hormigón autoportante, alternadas con revestimientos de forma y tamaño análogos, materializa la superficie del edificio en una piel de textura rugosa y porosa, que tanto nos recuerda a la materia misma de la que está hecha la isla en sí.

Desde la cercanía de las calles aledañas el visitante percibirá cómo el edificio se integra en la trama urbana, «crea ciudad» gracias a la configuración de sus plantas inferiores. Incorpora con naturalidad y respeto a edificios preexistentes como la Iglesia de San Francisco, Casa Martel o el muro de la «Cárcel». Este respeto se traduce en un tratamiento cuidadoso de las medianera en las que se  apoya, en especial la de los edificios de viviendas en altura que conforman lugar y en la que  el nuevo Espacio Parque San Francisco desarrolla todo un sistema de comunicaciones del edificio, en especial las verticales, que trepan por los muros vírgenes de la manzana hasta llevarnos a lugares desde los que la ciudad se pliega para mirarnos y desde los que se puede disfrutar de una vista privilegiada de la ciudad con el Teide de fondo.

Al acceder y en su recorrido ascendente, el visitante se encontrará con espacios sorprendentes: cubiertos pero abiertos, visibles desde la calle pero protegidos, asomados a la ciudad pero integrados en los recorridos internos del edificio. Calles, plazas, galerías, balcones, terrazas, patios, umbráculos, huecos que aluden a la arquitectura popular o vernácula canaria…

Desde la Lejanía,  la cubierta se percibirá como una quinta fachada, y el edificio como un objeto tallado y perforado, de masa fragmentada y porosa, denso pero luminoso, que se hace presente en toda la ciudad  como un faro cultural contemporáneo, que mira a donde nadie mira y presenta una fachada digna hacia aquellos que, hasta ahora, casi siempre recibían la espalda.

ORGANIZACIÓN ESPACIAL – FUNCIONAL

 En Planta Baja el programa se organiza en 5 franjas, que siguen la dirección de la Iglesia de San Francisco:

1. Servicios e instalaciones.
2. Auditorio – Espacio Escénico.
3. Calle y plazas interiores.
4. Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW).
5. Casa Martel (tienda + administración).

El vacío longitudinal separa y a la vez vincula, según las necesidades, el área del Auditorio de la del Museo. Se trata de un espacio comprimido en horizontal y expandido en vertical, que enfatiza la densidad del edificio e incorpora luz cenital a sus espacios laterales.

Este vacío siempre está presente en las principales circulaciones verticales. Al Auditorio se accede por C/ San Juan e, independientemente, al MACEW por C/ Agustín de Betancourt (desde Casa Martel, que adquiere de este modo un carácter protagonista y representativo, ahora perdido).

Con la posibilidad, si fuera necesario para algún espectáculo determinado, de generar un paso en diagonal o «calle interior» que las conecte a través de dicho vacío longitudinal, posibilitando la flexibilidad de la planta baja sin interferir en las superiores.

AUDITORIO – SALA MULTIFUNCIONAL

El principal espacio, junto al MACEW, es la Sala Multifuncional ubicada en la parte sur de la parcela, junto a la Iglesia de San Francisco.

El acceso principal a la misma se realiza con la Calle San Juan, y su vestíbulo – foyer puede funcionar como sala de exposiciones temporales.

Se ha pretendido que sea una sala flexible, capaz de adaptarse a usos muy diferentes según las necesidades (conciertos, teatro, conferencias, circo, performances, espectáculos, nuevas tendencias artísticas, instalaciones de diverso tipo, exposiciones, etc.).

Todas las butacas de la platea se pueden ocultar bajo el suelo, de manera que el auditorio se puede convertir en una sala totalmente diáfana para todo tipo de actividades.

A su vez, es compartimentable en salas de menor aforo.

Bajo el suelo de la sala se albergan 3 filas de butacas retráctiles.

Existen en total 874 plazas, distribuidas de la siguiente manera:

-Platea    0 500
-Palcos +1   58
-Palcos +2 235
-Retráctiles -1   81

El EPSF se abre a la ciudad  se propone como prolongación del espacio urbano en los espacios vestibulares que anteceden, respectivamente, a auditorio por la calle San Juan y al museo por la Betancourt, y se prolongan en una calle interna de comunicación urbana y funcional que conecta ambos espacios y ambas partes de la ciudad.

Esta calle, que acoge programas complementarios de ambos usos ( sala de conferencias, acceso a sala de exposiciones temporales) tiene su prolongación en una calle vertical que recorre las medianerías de los edificios de viviendas. Al final de ese recorrido se encuentra el premio de unas vistas privilegiadas.

UBICACIÓN
Tenerife

 

CLIENTE:
Ayuntamiento de Puerto de la Cruz

ARQUITECTOS:
Los Arcos Gaztelu
Ignacio Olite
Enrique Jerez

Concurso
2013

El programa que se plantea en este concurso lo convierte en un lugar inevitablemente denso, tanto en su continente como en su contenido.

Conseguir que esa densidad no se traduzca en una construcción abigarrada y masiva es uno de los objetivos del proyecto.

No es difícil reconocer en la estructura urbana del Puerto de la Cruz, la escala fragmentada de sus manzanas de viviendas, construidas por procesos de adición y caracterizadas por la irregularidad  de las alturas, las densidades y las formas de los edificios que las conforman, de los que la manzana a la que se adhiere el Espacio Parque San Francisco, obviamente, participa.

Una configuración, en definitiva, múltiple y unitaria a la vez , jalonada, en sus lugares más afortunados, de elementos arquitectónicos de la arquitectura tradicional Canaria (huecos verticales, celosías, balcones de madera), que caracteriza esta trama urbana generada por un proceso de agregación de piezas , que sugiere que la nuestra debe ser una estrategia mixta de fragmentación y adición de volumetrías diversas, como la ciudad misma.

El proyecto pretende aprovechar la densidad del programa para dotar al Puerto de la Cruz de un edificio que sea referente para la gran escala de la ciudad, a la vez que un elemento perfectamente integrado en la trama urbana para la pequeña escala de la calle y el barrio.

Esta nueva dotación, muy importante para el Puerto de la Cruz por lo que supondrá de instrumento dinamizador, se percibirá, vivirá y sentirá como un elemento cotidiano desde el paseo por las calles más próximas (San Juan, Agustín de Betancourt, Quintana, Pza. Dr. Víctor Pérez…). Simultáneamente, se identificará desde lo alto de la ladera del Teide como un icono para la ciudad. Y viceversa. El edificio se asomará con una escala «cercana» y «humana» a las calles aledañas en sus plantas bajas, mientras que según asciende se abrirá hacia la ciudad de manera más «objetual» o «escultórica».

Para ello se plantea un sistema global de cerramiento que incluye todo el edificio, tanto fachadas como cubiertas, adaptándose a cada situación concreta según las necesidades programáticas, la orientación, las vistas, etc. Este sistema, configurado por una celosía en base a dos fachadas o capas superpuestas, matiza, protege del sol, del viento allí donde es necesario, a la vez que genera espacios ambiguos, a medio camino entre el dentro y el fuera, muy propicios para el clima de la isla.

A su vez, este sistema de celosía construida a base de piezas prefabricadas de hormigón autoportante, alternadas con revestimientos de forma y tamaño análogos, materializa la superficie del edificio en una piel de textura rugosa y porosa, que tanto nos recuerda a la materia misma de la que está hecha la isla en sí.

Desde la cercanía de las calles aledañas el visitante percibirá cómo el edificio se integra en la trama urbana, «crea ciudad» gracias a la configuración de sus plantas inferiores. Incorpora con naturalidad y respeto a edificios preexistentes como la Iglesia de San Francisco, Casa Martel o el muro de la «Cárcel». Este respeto se traduce en un tratamiento cuidadoso de las medianera en las que se  apoya, en especial la de los edificios de viviendas en altura que conforman lugar y en la que  el nuevo Espacio Parque San Francisco desarrolla todo un sistema de comunicaciones del edificio, en especial las verticales, que trepan por los muros vírgenes de la manzana hasta llevarnos a lugares desde los que la ciudad se pliega para mirarnos y desde los que se puede disfrutar de una vista privilegiada de la ciudad con el Teide de fondo.

Al acceder y en su recorrido ascendente, el visitante se encontrará con espacios sorprendentes: cubiertos pero abiertos, visibles desde la calle pero protegidos, asomados a la ciudad pero integrados en los recorridos internos del edificio. Calles, plazas, galerías, balcones, terrazas, patios, umbráculos, huecos que aluden a la arquitectura popular o vernácula canaria…

Desde la Lejanía,  la cubierta se percibirá como una quinta fachada, y el edificio como un objeto tallado y perforado, de masa fragmentada y porosa, denso pero luminoso, que se hace presente en toda la ciudad  como un faro cultural contemporáneo, que mira a donde nadie mira y presenta una fachada digna hacia aquellos que, hasta ahora, casi siempre recibían la espalda.

ORGANIZACIÓN ESPACIAL – FUNCIONAL

 En Planta Baja el programa se organiza en 5 franjas, que siguen la dirección de la Iglesia de San Francisco:

1. Servicios e instalaciones.
2. Auditorio – Espacio Escénico.
3. Calle y plazas interiores.
4. Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW).
5. Casa Martel (tienda + administración).

El vacío longitudinal separa y a la vez vincula, según las necesidades, el área del Auditorio de la del Museo. Se trata de un espacio comprimido en horizontal y expandido en vertical, que enfatiza la densidad del edificio e incorpora luz cenital a sus espacios laterales.

Este vacío siempre está presente en las principales circulaciones verticales. Al Auditorio se accede por C/ San Juan e, independientemente, al MACEW por C/ Agustín de Betancourt (desde Casa Martel, que adquiere de este modo un carácter protagonista y representativo, ahora perdido).

Con la posibilidad, si fuera necesario para algún espectáculo determinado, de generar un paso en diagonal o «calle interior» que las conecte a través de dicho vacío longitudinal, posibilitando la flexibilidad de la planta baja sin interferir en las superiores.

AUDITORIO – SALA MULTIFUNCIONAL

El principal espacio, junto al MACEW, es la Sala Multifuncional ubicada en la parte sur de la parcela, junto a la Iglesia de San Francisco.

El acceso principal a la misma se realiza con la Calle San Juan, y su vestíbulo – foyer puede funcionar como sala de exposiciones temporales.

Se ha pretendido que sea una sala flexible, capaz de adaptarse a usos muy diferentes según las necesidades (conciertos, teatro, conferencias, circo, performances, espectáculos, nuevas tendencias artísticas, instalaciones de diverso tipo, exposiciones, etc.).

Todas las butacas de la platea se pueden ocultar bajo el suelo, de manera que el auditorio se puede convertir en una sala totalmente diáfana para todo tipo de actividades.

A su vez, es compartimentable en salas de menor aforo.

Bajo el suelo de la sala se albergan 3 filas de butacas retráctiles.

Existen en total 874 plazas, distribuidas de la siguiente manera:

-Platea    0 500
-Palcos +1   58
-Palcos +2 235
-Retráctiles -1   81

El EPSF se abre a la ciudad  se propone como prolongación del espacio urbano en los espacios vestibulares que anteceden, respectivamente, a auditorio por la calle San Juan y al museo por la Betancourt, y se prolongan en una calle interna de comunicación urbana y funcional que conecta ambos espacios y ambas partes de la ciudad.

Esta calle, que acoge programas complementarios de ambos usos ( sala de conferencias, acceso a sala de exposiciones temporales) tiene su prolongación en una calle vertical que recorre las medianerías de los edificios de viviendas. Al final de ese recorrido se encuentra el premio de unas vistas privilegiadas.